A la izquierda del padre: El pecado, el regreso, la violencia.

2007/11/08

A la izquierda del padre: El pecado, el regreso, la violencia.

Director: Luiz Fernando Carvalho
Guión: Luiz Fernando Carvalho a partir de la novela de Raduan Nassar
Fotografía: Walter Carvalho
Edición: Luiz Fernando Carvalho
Intérpretes: Selton Mello, Raúl Cortez, Juliana Carneiro, Simona Spoladore
Aspecto en pantalla: 1.85:1
Duración: 172 minutos.
Origen: Brasil, 2001
DVD: Kino International

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Estoy bañando en hiel, Ana, pero se como afrontar tu rechazo. No ocultaré la sonrisa en mis labios si la peste diezma nuestros rebaños o si una plaga devora los cultivos. Daré la espalda mientras todos se agitan amíi alrededor, me cruzaré de brazos si me piden socorro, me taparé los ojos para no ver sus llagas, los oídos para no oír sus gritos, me encogeré de hombros si la casa se derrumba. No tuve mi contento, el mundo no tendrá misericordia. Lo que quería era amar y ser amado, pero quedé al margen sin consulta. Fui amputado. Pertenezco desde ahora a la familia de los rechazados, los prohibidos, los sin afecto, los sin sosiego, los intranquilos, los inquietos, los que se retuercen, los que llevan una marca en la frente, los marcados por la santa envidia, los sedientos de igualdad y justicia, los que tarde o temprano acaban venerando al maligno.

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En una hacienda brasileña vive una familia de origen libanés compuesta por varios hermanos y hermanas (ciertamente), una madre amorosa y un padre particularmente estricto que suele dar sermones a sus hijos antes de tomar los alimentos. Pero algo falta en esta familia, uno de los hijos se aleja después de haber tenido una relación incestuosa con su hermana. Su eventual vuelta a casa no deriva en el perdón ni en su ingreso a la vida rutinaria del campo, la aparente felicidad por el regreso del hijo “pródigo” deriva en una explosión de violencia y tristeza.

Fué una experiencia refrescante el haberme encontrada con esta deliciosa (y angustiante) cinta que se aleja totalmente de los clichés que han plagado el cine mal llamado “latinoamericano” en por lo menos los últimos 30 años. Y me refiero a esa proclividad de los directores y guionistas en cuanto a retratar una y otra vez lo peor, lo más bajo y miserable de nuestras sociedades. No digo que no resulte trascendente el señalar, el denunciar la terrible miseria de nuestros pueblos pero, ¿en verdad no hay otros temas? Las últimas cintas brasileñas que tuve la oportunidad de ver (Carandirú y Ciudad de Dios) presentaban ambientes desoladores en las que la conclusión final no podía ser otra más que continuas escaladas de violencia.

Por eso me resultó sumamente grata el regalo audiovisual de este director, ya que a pesar de que el tema central es por demás doloroso y de contar con un final totalmente desolador, la narrativa alcanza momentos de verdadero aliento poético, en los cuales un guión que en manos de un cineasta mexicano quizá se hubiera convertido en una mamonería execrable, se convierta en una aguda y vibrante reflexión sobre el peso de la culpa, la incapacidad de perdonar, la fe como un peso y no como ayuda, y el trágico enfrentamiento del hombre con las consecuencias de sus actos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Mil gracias por todo, a veces ando como loca...
Pero quiero agradecerte infinítamente el que me mantengas en lo que me gusta, la poesía...
Un beso enorme

Marquito Papiawa dijo...

la película me encantó!!! esta de la ptm!! dolorosa total!! :'( LA ESCENA EN LA QUE EL BRODR DICE TOO ESO QUE ESCRIBISTE ES ..... ASU MADRE ... DE LO MEJOR QUE HE VISTO!!! GRACIAS BRODR!!