Ceguera: El desperdicio de la palabra y las ideas

2009/02/20

Ceguera: El desperdicio de la palabra y las ideas
Dirección: Fernando Meirelles
Guión: Don MCKellar sobre la novela de José Saramago
Fotografía: César Charlone
Edición: Daniel Rezende
Intérpretes: Juliane Moore, Alice Braga, Yoshino Kimura, Mark Ruffalo, Yusuke Iseya, Danny Glover, Gael García Bernal.
Origen: Japón, Brasil, Canadá - 2008
Duración: 120 minutos
Aspecto en pantalla: 1.85:1
DVD: Buena Vista Home Entertainment

Al final se encendió la señal verde y los coches arrancaron bruscamente, pero enseguida se advirtió que no todos habían arrancado. El primero de la fila de en medio está parado, tendrá un problema mecánico, se le habrá soltado el cable del acelerador, o se le agarrotó la palnca de la caja de velocidades, o una avería en eln el sistema hidraúlico, un bloqueo de frenos, un fallo en el circuito eléctrico, a no ser que, simplemente, se haya quedado sin gasolina, no sería la primera vez que esto ocurre. El nuevo grupo de peatones que se está formando en las aceras ve al conductor inmovilizado braceando tras el parabrisas mientras los coches de atrás tocan frenéticos el claxon. Algunos conductores han saltado ya a la calzada, dispuestos a empujar el automóvil averiado hacia donde no moleste. El hombre que está dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve que grita algo, por los moviemientos de la boca se nota que repite una palabra, una no, dos, así es realmente, como sabremos cuando alguien, al fin, logre abrir una puerta. Estoy ciego.

José Saramago - Ensayo sobre la ceguera.

*

En una ciudad no identificada (en Estados Unidos ya que todos hablan inglés) una extraña ceguera espontánea se disemina entre la población sin que el gobierno pueda hacer algo para controlar el contagio masivo. Al principio los infectados son recluidos en viejas instalaciones que aparentemente fueron hospitales psiquiátricos, y en donde en principio se da una convivencia relativamente tranquila que eventualmente desemboca en una jungla en la que impera la ley del más fuerte y en la que el sexo se convertirá en moneda de cambio. Eventualmente todos, o casi todos en el país quedarán ciegos.


Flaco favor le hicieron al maestro Saramago al adaptar su “Ensayo sobre la ceguera” ya que aquello que en la hoja de papel era una profunda reflexión sobre la compasión y al mismo tiempo sobre la crueldad del ser humano, se convirtió en una cinta extrañamente inerte en la que a pesar de los esfuerzos del director por trasladar en imágenes la tragedia inherente a la pérdida de la visión, se queda en una especie de viñetas que llegan a cuajar como un todo coherente. Y es que entre secuencias brutales como aquella del voluntario sometimiento de algunas mujeres al deseo carnal de los poseedores de raquíticas raciones de comida, hay otras en las que ni actor ni directores ni espectador alguno pueden llegara a creer lo que se dice, lo que se muestra e incluso lo que se sugiere.

Sí, hay que verla como referencia de otro escritor cuya obra sigue esperando justicia de las imágenes en movimiento.