Intimidad: Cuerpos que se unen, almas que se alejan

Intimidad: Cuerpos que se unen, almas que se alejan

Dirección: Patrice Chéreau
Guión: Patrice Chéreau, Anne-Louise Trividic
Fotografía: Éric Gautier
Música: Eric Neveux
Edición: François Gedigier
Intérpretes: Mark Rylance, Ferry Fox, Timothy Spall
Origen: Francia
Duración: 119 min.
Aspecto en pantalla: Pan and Scan 4x3.
DVD: Miserable versión de Videomax.

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- Un día, hace un año, los dejé. Me fui a casa de un amigo. Pueden pasar cosas así, cosas muy sencillas. Llega la última noche que pasarás en casa, en un casa con esposa y familia. En la mañana abres una puerta y la cierras. Si la casa está vacía, eso ayuda.

- Cuando estás con alguien hay un breve período en el que das desinteresadamente. Sin que ninguno lo pida. Porque más adelante sólo se hacen demandas.

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Jay, hombre atormentado por un pasado infeliz pero en el que por lo menos tenía esposa e hijos (triste consuelo, ja), trabaja como jefe de barra en un club nocturno y tiene esporádicos encuentros sexuales con una mujer, Claire, de la que prácticamente no sabe nada. El sexo, además de ser rápido, no tiene el menor asomo de afecto, más que proporcionar placer resulta convertirse en una frustración que no hace sino acrecentarse con cada episodio. Un mal día Jay decide seguirla para descubrir que Claire tiene marido. Intrigado por ese simpático conductor de Taxi, Jay decide trabar amistad con él hasta que, como cualquier espectador avezado adivinará, Claire lo descubre y confronta.

Primer película en inglés de Patrice Cherau en el que su casi glacial estilo para narrar historias se ve acentuado tanto por sus intérpretes como por el mismo ambiente de Londres, que si bien no llega a ser un personaje, si resulta una presencia ominosa que rodea a los protagonistas.

No voy a discutir las secuencias de sexo casi explícito. No le veo el punto. Lo que me parece interesante es el pensar en todo lo que desconocemos de las personas con que tenemos sexo aunque sea una sola vez. Si bien tenemos acceso a un cuerpo, jamás nos serán cognoscibles sus deseos, sus frustraciones, sus objetos de amor. No somos más que un montón de carne listo para que el otro satisfaga o por lo menos entretenga sus deseos. Pero además me pregunto ¿nos gustaría saber más del otro?, por lo menos yo ya no lo deseo ¿qué puede haber ahí que no se haya dicho antes? ¿en verdad nos interesa que nos transmitan sus frustraciones responsabilizándonos de las mismas?

Bien lo decía la canción de Jane’s Addiction: Sex is violent.

Irregular con algunos momentos notables, pueden conseguir esta cinta por menos de 50 pesos en casi cualquier tienda de dvd’s.