Dirección : Béla Tarr
Guión: Béla Tarr
Fotografía: Barna Mihok
Edición: Anna Kornis
Intérpretes: Laszlone Horvath, László Horváth, Gábor Kun,
Música: János Bródy, Mihály Móricz, Szabolcs Szörényi,
Origen: Hungría, 1979
Duración: 100 minutos.
Aspecto en pantalla: 1.33:1
DVD: Filmoteca Fnac
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No meteré a la niña en un asilo sólo porque no tengo una casa. Tengo una hija para poder vivir juntas. Criarla, que sea tu alegría, pero no de esta manera. Para empezar somos 11 personas embutidas en un cuarto, además, nos echarán y acabaremos bajo las estrellas, y luego vamos a tener que vagar. Hago lo posible por darle lo mejor a mi hija. Como ahora, que no tenemos casa, no puedo dejar que duerma en la calle, ¿qué voy a hacer?, no le puedo decir que no tenemos casa. Si pudiera conseguir una casa sería maravilloso, no me importaría dormir en el suelo de madera o de piedra, de lo que sea. Sería maravilloso.
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En un pequeño apartamento (un cuarto, una cocina, un baño), sobreviven un hombre entrado en años, su esposa, su hijo, su nuera y la hija de esta. La llegada de otro de los hijos desencadena una crisis brutal en la que la falta de espacio desbarata cualquier posibilidad de diálogo o entendimiento.
Lo que aparentemente es sólo una búsqueda del espacio para vivir como seres humanos nos permite asomarnos al horror de la convivencia forzada en la que lo más doloroso no es precisamente el no tener una puerta para cerrar y aislarse del mundo, sino la brutalidad, el acoso, la humillación y el desprecio de aquellos que, se supone, deberían ser el respaldo ante un medio empobrecido y desolado.
Este primer film de Bela Tarr, cineasta prácticamente desconocido en México, resultó toda una sorpresa para el que esto escribe ya que con una economía de medios sorprendente, nos presenta una radiografía de las casi imposibles condiciones en que tenía que sobrevivir los trabajadores húngaros a finales de los años setenta.
Mientras en el mismo año se estrenaba en todo el mundo Star Wars, Bela Tarr llamaba la atención sobre los desesperados, los solitarios y desposeídos, los que aún y a pesar de todo no perdían la esperanza.
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