Jesús de Montreal: La tentación y la fe

2007/03/29

Dirección: Denys Arcand
Guión: Denys Arcand:
Fotografía: Guy Dufaux
Edición: Isabelle Dedieu
Música: Yves Laferriere

Intérpretes: Lothaire Blueteau, Catherine Wilkening, Johanne-Marie Tremblay, Remy Girard, Roberte Lepage, Gilles Pelletier
Origen: Canadá, 1989
Duración: 120 minutos
Aspecto en pantalla: 1.33:1
DVD: Koch Lorber Video

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Cuando vean la abominación de la desolación, si están en la llanura, huyan hacia las montañas, si están en la terraza, no entren a la casa por sus cosas, si están en la carretera, no regresen a casa. Lloren por las que estén embarazadas ese día. Recen para que no suceda en invierno. Si alguien les dice “aquí está el salvador, ya llegó el salvador”, no le crean, ¡no le crean! Falsos salvadores. Falsos profetas. Los poderes de los cielos resquebrajados. Ni el día ni la hora.

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En la búsqueda constante de más adeptos, los dirigentes de una iglesia contratan a un joven actor para que escenifique la pasión de Cristo esperando que la puesta en escena haga que los creyentes (y los no tanto) pueda apuntalar su fe.


Pero las cosas no resultan como se esperaban ya que el actor se dedica a estudiar en todas las fuentes posibles con tal de darle más verosimilitud a los personajes, con el consiguiente desmayo de los religiosos ya que incluso se llega a afirmar en el transcurso de la obra que Cristo fue el hijo bastardo de un soldado romano.

En su momento esta cinta fue objeto de múltiples críticas por parte de los sectores ultra-conservadores que, por cierto, ni siquiera se tomaron la molestia de verla ya que, si así lo hubieran hecho, se hubieran encontrado con una cinta de un profundo sentido religioso que no hace sino cuestionar la imposibilidad de creer en la divinidad en el momento presente. En este sentido la cinta se relaciona con Yo te saludo María de Jean Luc Goddard y que también fue objeto de vilipendio por aquellos que hablan de moral, fe y buenas costumbres, pero que prueban las delicias de la carne de monaguillo.

En Guadalajara (la ciudad en la que sobrevivo) esta película fue exhibida en la hoy extinta Sala de Arte Gran Vía (a un costado de una iglesia), siendo objeto de múltiples ataques como la pinta que apareció en toda su fachada y que decía “No al cine ateo, muera el comunismo”.

Mirrormask: La hermosa (y vacía) fragilidad de los sueños

Dirección: Dave McKean
Guión: Neil Gaiman (historia original de Dave McKean y Neil Gaiman)

Fotografía: Anthony Shearn

Edición: Nicolas Gaster

Intérpretes: Jason Barry, Rob Brydon, Stephanie Leonidas, Gina Mckee
Duración: 104 minutos
Origen: UK, 2005
DVD: Sony Home Entertainment

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Helena, una niña casi adolescente, trabaja en un circo propiedad de sus padres. La rutina cotidiana de las actuaciones y la enorme presión que sobre ella ejerce su madre en particular hacen que desee escapar hacia una vida “normal”, pero la trágica enfermedad de su progenitora hace que en lugar de emigrar a un mundo alejado de la fantasía, emprenda un viaje en un mudo fantástico en el que la búsqueda de un amuleto puede ser la salvación de una vida.


Suena raro ¿no? . Lo que pasa es que cada vez me gusta menos contar puntos nodales de la trama y prefiero compartir mis impresiones, totalmente subjetivas y alejadas de las tira-netas. En este caso si bien Mirrormask es un prodigio del diseño y del uso de efectos visuales y CGI, mientras la veía en una de mis sesiones de insomnio me hizo pensar en lo hermoso que es un castillo de naipes. Hermoso pero frágil.

Así pasa con Mirrormask ya que toda la tecnología no puede ocultar una trama endeble, un ritmo lentolentolento y una protagonista con la misma capacidad expresiva de una bolsa de detergente Foca.

No con lo anterior quiero decir que no valga la pena, de hecho hay imágenes de una fuerza extraordinaria y algunos personajes secundarios realmente entrañables, pero es el conjunto donde el director no supo (o no quiso) ofrecernos algo más que un enorme (y delirante) festín visual.

Candy for the eyes, dirían los angloparlantes.

Nido familiar: compartiendo la locura

2007/03/21

Dirección : Béla Tarr
Guión: Béla Tarr
Fotografía: Barna Mihok
Edición: Anna Kornis
Intérpretes: Laszlone Horvath, László Horváth, Gábor Kun,
Música: János Bródy, Mihály Móricz, Szabolcs Szörényi,
Origen: Hungría, 1979
Duración: 100 minutos.
Aspecto en pantalla: 1.33:1
DVD: Filmoteca Fnac

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No meteré a la niña en un asilo sólo porque no tengo una casa. Tengo una hija para poder vivir juntas. Criarla, que sea tu alegría, pero no de esta manera. Para empezar somos 11 personas embutidas en un cuarto, además, nos echarán y acabaremos bajo las estrellas, y luego vamos a tener que vagar. Hago lo posible por darle lo mejor a mi hija. Como ahora, que no tenemos casa, no puedo dejar que duerma en la calle, ¿qué voy a hacer?, no le puedo decir que no tenemos casa. Si pudiera conseguir una casa sería maravilloso, no me importaría dormir en el suelo de madera o de piedra, de lo que sea. Sería maravilloso.

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En un pequeño apartamento (un cuarto, una cocina, un baño), sobreviven un hombre entrado en años, su esposa, su hijo, su nuera y la hija de esta. La llegada de otro de los hijos desencadena una crisis brutal en la que la falta de espacio desbarata cualquier posibilidad de diálogo o entendimiento.


Lo que aparentemente es sólo una búsqueda del espacio para vivir como seres humanos nos permite asomarnos al horror de la convivencia forzada en la que lo más doloroso no es precisamente el no tener una puerta para cerrar y aislarse del mundo, sino la brutalidad, el acoso, la humillación y el desprecio de aquellos que, se supone, deberían ser el respaldo ante un medio empobrecido y desolado.

Este primer film de Bela Tarr, cineasta prácticamente desconocido en México, resultó toda una sorpresa para el que esto escribe ya que con una economía de medios sorprendente, nos presenta una radiografía de las casi imposibles condiciones en que tenía que sobrevivir los trabajadores húngaros a finales de los años setenta.

Mientras en el mismo año se estrenaba en todo el mundo Star Wars, Bela Tarr llamaba la atención sobre los desesperados, los solitarios y desposeídos, los que aún y a pesar de todo no perdían la esperanza.

Peeping Tom: Te gusta mirar, ¿o no?

2007/03/01

Dirección: Michael Powell

Guión: Leo Marks

Fotografía: Otto Heller

Edición: Noreen Ackland

Música: Brian Easdale

Intérpretes: Carl Boehm, Moira Shearer, Anna Massey, Maxine Audley

Origen: Uk, 1960

Duración: 1:39

DVD: Universal

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¿Sabes que es lo más espantoso? El miedo. Así que hice algo muy simple. Cuando sintieron la hoja en la garganta y sabían que las iba a matar, las obligué a que vieran su propia muerte. Las obligué a ver su propio terror cuando les clavé la hoja. Y si la muerte tiene rostro, también lo vieron.

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Muchos años antes de que David Lynch nos enfrentara a los abismos más recónditos de la perversión del ser humano, Michael Powell sacudió al mundo del cine con Peeping Tom, obra enloquecida sobre el voyeurismo y la fascinación con la muerte en directo y que, a pesar de encontrarse cerca de cumplir medio siglo de haber sido filmada, no ha perdido ni un ápice en su capacidad de sacudir al espectador.

¿Y por qué sigue impactando?, porque desde el primer plano de la cinta, y mediante el uso magistral de la cámara subjetiva, nos convertimos en cómplices de Mark Lewis (Carl Boehm), el fotógrafo con tintes psicóticos fascinado con la posibilidad de capturar en celuloide la agonía de sus víctimas y el rostro mismo de la muerte.

Pero la perversión no surge de la nada. Mediante el uso de flashbacks en forma de películas caseras, presenciamos el proceso de tortura de Mark por parte de su padre, mismo que al querer comprobar sus teorías sobre las reacciones del sistema nervioso ante el miedo, somete a su hijo a una serie de experimentos bizarros con el solo propósito de filmar sus expresiones de pánico.

En su momento la crítica especializada calificó a esta cinta como morbosa, pervertida y despreciable, pero con el paso del tiempo fue reconocida como una obra totalmente original y por consiguiente, adelantada a su tiempo.

Como detalle curioso, el director de esta cinta interpreta al padre torturador.